
La
historia de la aviación se remonta al día en el que el hombre
prehistórico se paró a observar el vuelo de las
aves y de otros animales voladores. El deseo de volar está presente en la humanidad desde hace siglos, y a lo largo de la historia del ser humano hay constancia de intentos de volar que han acabado mal. Algunos intentaron volar imitando a los pájaros, usando un par de
alas elaboradas con un esqueleto de madera y plumas, que colocaban en los brazos y las balanceaban sin llegar a lograr el resultado esperado.
[1]Muchas personas decían que volar era algo imposible para las capacidades de un
ser humano. Pero aun así, el deseo existía, y varias civilizaciones contaban historias de personas dotadas de poderes divinos, que podían volar. El ejemplo más conocido es la leyenda de
Ícaro y
Dédalo, que encontrándose prisioneros en la isla de
Minos, se construyeron unas alas con plumas y cera para poder escapar. Ícaro se aproximó demasiado al
Sol y la cera de las alas comenzó a derretirse, haciendo que se precipitara en el mar y muriera.
[2] Esta leyenda era un aviso sobre los intentos de alcanzar el cielo, semejante a la historia de la
Torre de Babel en
la Biblia, y ejemplifica el deseo milenario del hombre de volar.
La historia moderna de la aviación es compleja. Durante siglos se dieron tímidos intentos por alzar el vuelo, fracasando la mayor parte de ellos, pero ya desde el
siglo XVIII el ser humano comenzó a experimentar con
globos aerostáticos que lograban elevarse en el aire, pero tenían el inconveniente de no poder ser controlados. Ese problema se superó ya en el
siglo XIX con la construcción de los primeros
dirigibles, que sí permitían su control. A principios de ese mismo siglo, muchos investigaron el vuelo con
planeadores, máquinas capaces de sustentar el vuelo controlado durante algún tiempo, y también se comenzaron a construir los primeros aeroplanos equipados con motor, pero que, incluso siendo impulsados por ayudas externas, apenas lograban despegar y recorrer unos metros. No fue hasta principios del
siglo XX cuando se produjeron los primeros vuelos con éxito. El
17 de diciembre de
1903 los
hermanos Wright se convirtieron en los primeros en realizar un vuelo en un avión controlado,
[3] no obstante algunos afirman que ese honor le corresponde a
Alberto Santos Dumont, que realizó su vuelo el
13 de septiembre de
1906.
A partir de entonces, las mejoras se fueron sucediendo, y cada vez se lograban mejoras sustanciales que ayudaron a desarrollar la aviación hasta tal y como la conocemos en la actualidad. Los diseñadores de aviones se siguen esforzando en mejorar continuamente las capacidades y características de estos, tales como su
autonomía,
velocidad, capacidad de carga, facilidad de maniobra o la seguridad, entre otros detalles. Las
aeronaves han pasado a ser construidas de materiales cada vez menos densos y más resistentes. Anteriormente se hacían de
madera, en la actualidad la gran mayoría de aeronaves emplea
aluminio y
materiales compuestos como principales materias primas en su producción
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